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sábado, 5 de julio de 2008

Blindaje y recubrimiento con PRFV


Una hélice de madera, protegida contra la humedad y los rayos U.V. (Ultra Violetas), tiene vida prácticamente ilimitada. La laca poliuretánica con el agregado de filtros UV, hasta determinado punto, cumple satisfactoriamente esta función pues es lo suficientemente flexible y resistente. Pero en determinados terrenos y situaciones ambientales, esta protección se degrada rápidamente.
Una hélice en funcionamiento se encuentra expuesta a todo lo que encuentre en su camino. Cuanto mayor sea su velocidad de giro y mayor la masa del objeto impactado, mayor será el daño puntual. Sin embargo, los pequeños objetos también adquieren importancia. Desde los minúsculos sólidos –como los granos de arena– a los líquidos –como las gotas de agua–, aunque parezcan inofensivos, son destructivos. Generan miles de micro impactos que erosionan gradualmente el borde de ataque y con bastante rapidez.
En los despegues con los paramotores, es habitual levantar tierra, arena o pequeños objetos al correr, que irremediablemente van a impactar con la hélice, pues ésta se encuentra por detrás del piloto. Del mismo modo, si se opera desde el agua (como los hidroaviones, los airboats o los hovercraft) o si nos sorprende una lluvia, las gotas de agua producirán el mismo efecto.
El blindaje y recubrimiento con PRFV (Plástico Reforzado con Fibra de Vidrio), no la hace inmune; pero retrasa notablemente el deterioro causado por estos micro impactos.
El blindaje consiste en reemplazar una parte de la madera del borde de ataque de la hélice, con una mezcla formada con resina estructural epoxi y carga de sílice, la que se cementa con epoxi estructural (húmedo sobre húmedo) a la madera con la ayuda de un molde de soporte. Una vez fraguado se desbasta hasta tomar la forma del perfil. Si la pala de la hélice no va a ir recubierta con PRFV, se aplica una cinta de PRFV (con resina epoxi para laminar) en la zona del blindaje, como protección extra. Es muy importante el uso de resinas epoxi estructurales de buena calidad de fraguado lento (Araldite de Ciba Geigy, Safe-T-Poxy, T-88, etc.). Si el proceso está bien hecho, no existirán riesgos de desprendimiento de fragmentos que puedan lastimar a alguna persona o desbalancear peligrosamente la hélice.
El recubrimiento de las palas de hélice con P.R.F.V., se realiza con tela de fibra de vidrio bidireccional y resina epoxi para laminar. Se envuelve la pala con las líneas de trama y urdimbre dispuestas a 45º de la línea longitudinal de la hélice para que, además de proteger, ayude a resistir los esfuerzos de torsión generados por la aerodinámica del perfil. En las hélices hechas en maderas como el Cedro y similares, se recomienda recubrir desde el cuello hasta el extremo distal de la pala. En las hélices de madera fabricadas con Pino Brasil, es suficiente con recubrir la zona que marca el blindaje y su fin es específicamente el de protección.